Vía oral.
Posología
Adultos:
Se debe determinar para cada paciente la dosis óptima.
La dosis inicial es 150 mg al día administrados en dosis divididas después de las comidas o en dosis única
al acostarse.
La dosis se debe aumentar 50 mg al día cada 3 o 4 días (preferiblemente a la hora de acostarse) hasta llegar
a la dosis terapéutica efectiva óptima.
Se debe aumentar la dosis hasta un máximo de 400 mg al día, administrado en dosis divididas tras las
comidas o en dosis única al acostarse.
En pacientes hospitalizados la dosis máxima diaria se puede aumentar gradualmente a 600 mg al día
administrado en dosis divididas.
Tras alcanzar la dosis efectiva, la respuesta clínica se hace evidente a las dos o cuatro semanas. En el caso
de pacientes que no responden al tratamiento, la dosis debe ser aumentada hasta el máximo recomendado.
Si, tras esto, no se produce respuesta tras dos o cuatro semanas, se debe discontinuar el tratamiento.
Tras alcanzar la dosis efectiva, se debe mantener la dosis por un mínimo de 4 semanas. Tras este periodo,
generalmente la dosis puede reducirse gradualmente, dependiendo de la respuesta al tratamiento. Los
pacientes se deben mantener a la dosis menor efectiva y ser periódicamente evaluados para determinar la
necesidad de continuar con el tratamiento.
En general es preferible continuar con el tratamiento hasta que mejoren los síntomas del paciente por cuatro
a seis meses; tras esto la dosis puede reducirse gradualmente hasta que se suspenda el tratamiento.
Pacientes de edad avanzada:
En pacientes de edad avanzada o debilitados la dosis recomendada de inicio es de 100 mg al día,
administrada en dosis divididas o en dosis única al acostarse. Puede aumentarse
gradualmente bajo supervisión al igual que se ha descrito en adultos de acuerdo a la tolerancia y eficacia
del medicamento. En general se deben evitar dosis únicas superiores a 100 mg en estos pacientes. Es poco
probable que se exceda de una dosis de 300 mg al día.
Población pediátrica:
Trazodona no está recomendado en niños menores de 18 años de edad debido a que no se dispone de datos
suficientes de seguridad y/o eficacia.
Insuficiencia hepática:
Trazodona experimenta un metabolismo hepático extenso, y también se ha asociado a
hepatotoxicidad. Por tanto, se debe tener precaución cuando se prescriba a
pacientes con insuficiencia hepática, específicamente en casos de insuficiencia hepática grave. Se debe
considerar la monitorización periódica de la función hepática.
Insuficiencia renal:
Normalmente no es necesario un ajuste de dosis, pero se debe tener precaución cuando se prescriba a
pacientes con insuficiencia renal grave.
Forma y duración de administración
Las reacciones adversas pueden disminuir si trazodona hidrocloruro se administra tras las comidas
(aumento de la resorción y la disminución de la concentración plasmática máxima).
Los comprimidos deben se deben tomar con una cantidad suficiente de liquido (p.ej., un vaso de agua)
directamente tras las comidas.