El inicio y el seguimiento del tratamiento deben correr a cargo de un especialista con la experiencia
adecuada.
Posología
El tratamiento en adultos se iniciará con 2 -3 g diarios de mitotano y se irá aumentando
progresivamente (por ejemplo cada dos meses) hasta que el nivel de mitotano en plasma alcance los
niveles de la ventana terapéutica (14 - 20 mg/l).
En pacientes en los que sea urgente controlar los síntomas del síndrome de Cushing, la dosis inicial
alta podría llegar a 4-6 g al día, e incrementar la dosis diaria más rápidamente (por ejemplo cada
semana). En general no se recomienda una dosis inicial superior a 6 g/día.
Ajustes de dosis, monitorización e interrupción
Los ajustes de dosis pretenden alcanzar una ventana terapéutica (niveles plasmáticos de mitotano entre
14 y 20 mg/l) que garantice el uso óptimo de Lysodren con una seguridad aceptable. De hecho, se ha
asociado toxicidad neurológica con niveles superiores a 20 mg/l, por lo que no se debería alcanzar este
umbral. Existe algunos datos que sugieren que niveles de mitotano en plasma superiores a 14 mg/l
podrían ser más eficaces. Los niveles plasmáticos de Mitotano superiores a 20 mg/l
pueden estar relacionados con graves efectos indeseables y no proporcionan ningún beneficio respecto
a su eficacia. Por ello, los niveles de Mitotano en plasma deben ser monitorizados con el fin de ajustar
la dosis de Lysodren y para evitar que se alcancen niveles tóxicos. Pueden solicitar más información
sobre el análisis de las muestras dirigiéndose al Titular de la Autorización de Comercialización o su
representante local.
La dosificación deberá ajustarse para cada paciente, basándose en la monitorización de los niveles de
Mitotano y en la tolerancia clínica hasta que los niveles de Mitotano en plasma alcancen la ventana
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terapéutica (14 - 20 mg/l). La concentración en plasma deseada se suele alcanzar dentro de un plazo de
3 a 5 meses.
Deben analizarse los niveles plasmáticos de mitotano después de cada ajuste de dosis y en intervalos
frecuentes (por ejemplo, cada dos semanas) hasta alcanzar la dosis óptima de mantenimiento. Su
monitorización deberá ser más frecuente (por ejemplo cada semana) cuando se haya utilizado una
dosis inicial alta. Se debería tener en cuenta que dichos ajustes no producen cambios inmediatos en los
niveles de mitotano en plasma. Además, debido a la acumulación en los tejidos, los
niveles de mitotano en plasma deberían monitorizarse con regularidad (por ejemplo, una vez al mes)
una vez que se ha alcanzado la dosis de mantenimiento.
También es necesario controlar regularmente (por ejemplo cada dos meses) los niveles de mitotano en
plasma después de la interrupción del tratamiento. Éste puede ser retomado cuando los niveles de
mitotano en plasma se encuentren entre 14 y 20 mg/l. Como consecuencia de la prolongada semivida
de eliminación del mitotano, pueden persistir concentraciones relevantes en plasma durante semanas
después de la suspensión del tratamiento.
Si aparecieran reacciones adversas graves, como neurotoxicidad, puede que haya que interrumpir
temporalmente el tratamiento con mitotano. En caso de toxicidad leve, se debe reducir la dosis hasta
alcanzar la máxima tolerada.
El tratamiento con Lysodren se debe continuar mientras se observen beneficios clínicos. Si no se
observaran beneficios clínicos después de 3 meses con la dosis óptima, el tratamiento debe
suspenderse permanentemente.
Poblaciones especiales
Pacientes pediátricos
La experiencia en niños es limitada.
La posología pediátrica del mitotano no se ha determinado con exactitud, pero parece corresponderse
con la dosis en adultos, una vez realizadas las correcciones por superficie corporal.
El tratamiento se iniciará con 1,5 - 3,5 g/m
2/diarios para niños y adolescentes, con el objetivo de
alcanzar 4 g/m2/diarios. Los niveles de Mitotano en plasma deben monitorizarse como en el caso de
los adultos, con especial atención cuando los niveles en plasma alcancen 10 mg/l, ya que se puede
registrar un aumento rápido de los niveles plasmáticos. La dosis se reducirá después de 2 o 3 meses de
acuerdo con los niveles plasmáticos de mitotano, o en caso de toxicidad grave.
Insuficiencia hepática
No hay experiencia sobre el uso de mitotano en pacientes con insuficiencia hepática, por lo que no hay
suficientes datos para establecer una pauta posológica para este grupo. Dado que el mitotano se
metaboliza principalmente a nivel hepático, cabe esperar que sus niveles plasmáticos del mitotano
aumenten en caso de insuficiencia hepática. Hasta que se disponga de más datos, no se recomienda el
uso de mitotano en pacientes con insuficiencia hepática grave. En pacientes con insuficiencia hepática
leve a moderada se debe actuar con precaución y será necesario realizar una monitorización de la
función hepática. Es especialmente recomendable monitorizar los niveles plasmáticos de mitotano (ver
sección 4.4).
Insuficiencia renal
No hay experiencia sobre el uso de mitotano en pacientes con insuficiencia renal, por lo que no hay
suficientes datos para establecer una pauta posológica para este grupo. Hasta que se disponga de más
datos, no se recomienda el uso de mitotano en pacientes con insuficiencia renal grave y se debe actuar
con precaución en los casos de insuficiencia renal leve a moderada. En estos pacientes es
especialmente recomendable monitorizar los niveles plasmáticos de mitotano.
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Pacientes de edad avanzada (- 65 años)
No hay experiencia con el uso de mitotano en pacientes de edad avanzada, por lo que no hay
suficientes datos para establecer una pauta posológica para este grupo. Hasta que se disponga de más
datos, se debe actuar con precaución y se recomienda especialmente monitorizar los niveles de
mitotano en plasma en estos pacientes.
Forma de administración
La dosis diaria total puede dividirse en dos o tres dosis según sea más conveniente para el paciente.
Los comprimidos se tomarán con un vaso de agua durante comidas con alto contenido en grasa (ver
sección 4.5). Debe recomendarse a los pacientes que no tomen los comprimidos que presenten signos
de deterioro, y a las personas a cargo del cuidado de los pacientes que utilicen guantes desechables
cuando manipulen los comprimidos.